mañoseos varios

Encontré un papel encima de mi cómoda pensando que no tenía otro destino que pertenecer a la basura. Como un flash medité a cerca de lo cachurera que soy. Pero al dar vuelta el papel leí de mi letra: “dicen que ya no me quieres. Ahora tienes otras mañas”. Que buena frase pensé, por eso el papel estaba por ahí pensé, de seguro no lo escribí yo pensé, quizás de dónde la copié pensé, quizás cuánto lleva en mi cómoda pensé.
Y creo que es cierto que esas mañas pasan, que nos des-mañoseamos y que se des-mañosean de nosotras (os) que de un día para otro se puede pasar de “yo te pienso, yo te fumo, yo te como hecho naranjas” (parafraseando a Redolés) a ya no te sueño, “ya no somos, ya no quiero a ti”, o sea, el fin de un amor mediocre (como lo llamaría nicolle lesly) o de un amorío como lo llamo yo. Será. Hay de las mañas que vienen y van, así como hay de las perecederas –de esas que aguantamos como amigas-